miércoles, 26 de enero de 2011

SOBRE LA REALIDAD QUE SE VIVE Y LA CAMPAÑA ¡BASTA DE SANGRE!: RAYMUNDO COLIN AXOLOTL

“La realidad es el gran laberinto, donde cada quien perderá
o hallará el infierno o el paraíso que le corresponde.”

Para percibir la realidad sólo hay que poner los ojos en ella. Aunque hoy esa realidad se asemeje a un intrincado laberinto, con miles de entradas y salidas, de pasajes y muros secretos que pueden llevar a todas y ninguna partes.
¿Qué estoy diciendo con esto? Que la realidad que actualmente se manifiesta ante nosotros, está tan fragmentada, que es posible que las personas al otro lado de la acera, la vivan de distinta manera. Yo me imagino a esa realidad, como un enorme panal con millones de compartimentos, donde cada uno de nosotros permanece aislado de los demás. Es decir, el mundo está tan individualizado, que sólo, como un dejavu, ocasionalmente nos fijamos en lo que hacen o les sucede a los otros, mientras eso nos afecta también a nosotros. Mientras tanto, al mundo le puede ocurrir una hecatombe, en cuanto no perturbe nuestro entorno.
Yo veo un fenómeno en el que el individuo, para no ser aquejado, simplemente se mantiene detrás de la línea. La hace omisa de sí, y si es posible se aísla lo suficiente como para no salir raspado. Como lo que está ocurriendo ahora mismo en varios estados y municipios del país con la guerra al narcotráfico, en la que la gente ha optado por un auto toque de queda, en vez de salir a las calles a exigir a las autoridades mejores condiciones de seguridad. Eso no sólo demuestra el temor que tienen ante esta guerra, sino también la desconfianza de que el Estado pueda brindarles seguridad (dice Immanuel Wallerstein, que cuando el Estado empieza a deslegitimarse ante la sociedad, se debilita y es así como aprovechan las mafias para entrar en acción); pero otra cosa más importante y preocupante todavía: la incapacidad para unificarse socialmente, para organizarse con la finalidad de transformar las condiciones de violencia imperantes, que no les permite vivir y trabajar en paz.
E ahí la importancia de la convocatoria que el caricaturista Eduardo del Río (Rius) y el periódico La Jornada hacen para que nos manifestemos en contra de la violencia y la barbarie que actualmente sucede en México. “¡BASTA DE SANGRE! Es una propuesta que ha sido bien recibida por diversos sectores de la sociedad, un llamado de atención a la conciencia y para que de manera pacífica, se haga saber a los políticos y gobernantes que se está hasta el copete de su ineficiencia para brindar seguridad, porque como lo señaló La Jornada en su editorial del lunes 10 de enero (día en que inició la campaña ¡BASTA DE SANGRE!): “La defensa de la legalidad carece de sentido si no se empieza por garantizar el respeto a la más básica de las garantías Constitucionales: el derecho a la vida”.
En el estado de México, el sumarse a dicha campaña debiera de ser contundente por parte de los mexiquenses, dado el alto grado de violencia que se respira, y que ha provocado que la entidad sea fuente favorita de la nota roja, con su lugar privilegiado en feminicidios, y otros tantos ilicitos que mantienen en la angustia y la zozobra a la población.
Aunque ¡BASTA DE SANGRE! No es una propuesta política sino humanista, su trasfondo, debiera de servir a los ciudadanos, en estos años electorales -tanto en el estado de México como a nivel nacional-, para reflexionar qué tipo de estado o país quieren, que clase de gobernantes: ¿los mismos que los han sumido en la desgracia u otros que se comprometan a llevarlos por mejores derroteros? Porque a pesar del tiempo adverso que se vive, no es para sumirse en la depresión y el desencanto, ni tampoco para guardarse en el sinsentido y en el conformismo de una realidad que a diario nos flagela y a la cual quieren que acostumbremos. Por eso ¡BASTA DE SANGRE! Y como decía el maestro John Lennon “démosle una oportunidad a la paz”, y yo le agregó, “y también a la vida”. ¿Qué de malo hay en ello?