sábado, 4 de diciembre de 2010

EL POETA CHARLES SIMIC

Para el poeta serbio-estadounidense Charles Simic, la poesía es una manera de pensar con imágenes, que desata la reflexión y opera la toma de conciencia de la infinitud del mundo. Cada imagen poética despliega nuevamente el horizonte de la imaginación, y al hacerlo niega la realidad unidimensional en que nos obstinamos en ahogarnos, transforma el hábito en maravilla y desasosiego.
Para Simic, Tomar conciencia de la infinitud del mundo significa reconocer que prácticamente ignoramos todo, a la vez que se acrecienta en nosotros el deseo de saberlo todo. Y la tarea del poeta es indagar en el mundo para que esa toma de conciencia se convierta en un incremento de conciencia. Asume en sus poemas que todo lo hecho por el hombre es de un modo u otro autorretrato y autobiografía. Que las cosas nos contienen y nos revelan de cuerpo entero; nuestra alma se expresa en ellas, examinarlas es conocernos: cada cosa es un espejo.
Es bajo esta perspectiva que interroga, por ejemplo, a un par de zapatos, un trozo de lápiz o una mesa. En sus poemas los objetos tienen la virtud de reflejar un rostro, una historia, un paisaje, el mundo entero.
De su libro el Sueño del alquimista, los siguientes poemas:

Pregunto al plomo:
¿Por qué has permitido
que se te convierta en bala?
¿Has olvidado a los alquimistas?
¿Has abandonado la esperanza
de convertirte en oro?

Nadie responde.
Plomo. Bala.
Con nombres como estos
el sueño es largo y profundo.

CUCHARA
Una vieja cuchara
doblada, mellada,
pulida hasta alcanzar
un brillo maligno.
A mordidas
se ha abierto paso en mi vida
—hueso de perros
Adelgazado hasta el mínimo.

Ahora es una cosa
viviente: lista para
grabar un nombre
en el muro de una celda.

Lista para ser conferida
al pequeño
que apenas
comienza a caminar.